domingo, 20 de febrero de 2011
Grítame, insúltame, pégame... pero no me mientas nunca más.
Si no me quieres volver a ver nunca más, adelante... dímelo. Si no quieres volver a escucharme hablar más, adelante... ponte a gritar. Si no quieres que te abrace ni siquiera un segundo más, adelante... empújame. Puedo tener mucha paciencia, es más, creo que la tengo. Puedo aguantar mil estupideces tuyas y de cualquier persona. Puedo estar escuchando a alguien aunque en ese momento quiera decirla que calle, que no estoy como para ayudar. Puedo reírme del chise más tonto que jamás me hayas contado aunque por dentro piense que es lo peor que haya podido escuchar. Puedo, puedo y puedo. ¿Pero sabes qué? ¡Que ya no puedo más! Estoy arta de que de un día para otro cambies de esta forma conmigo, arta de que me utilices cuando otra no está. Que cuando estamos los dos solos parezca que me quieres y que por mí darías la vida y al día siguiente, cuando pregunto por ti me digan que ya estás con otra... con la misma de siempre. Lo tonta que me hiciste sentir te puedo jurar que jamás te lo vas a poder imnaginar, lo idiota que soy y lo estúpida que me haces sentir cada día. Asique; felicidades, ya me has echo sentir como una mierda.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario