15,18,20,25,30,40,50,60...
Así pasan los años y sin darnos cuenta.
Somos adolescentes que adelantan la hora... para hacer que pasen los 365 días del año lo más rápido posible. Pero un día creces y todo pasa casi tan rápido como cuando tenias 16 años, pero ya no lo puedes parar. Y entonces te das cuenta de los errores que cometiste, de lo que hiciste bien, de lo que repetirías y de lo que olvidarías pero no puedes hacer nada, arrepentirte, sonreír o olvidar. Hoy decides coger una vieja pluma y escribes en un trozo de papel, cosas que hacer antes de que el reloj se rompa definitivamente porque al mirar atrás te diste cuenta de eso, que solo queda seguir adelante.
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